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Hola amig@s, lo que veis en al foto superior, no es ni más ni menos que una mantita que me regalaron para guardar y trasladar mis pinceles de óleo.
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Hacía tiempo que pensaba en una manta de las que tantas veces he visto en mi trabajo para cadenas y pulseras, mantas de tela que se cierran y no se rozan unas piezas con otras.
Yo misma hacía mantas con polietileno y papel para traspasos de mercancía. Estas vienen muy bien para casa pero para trasladar y enseñar quedan un poco feas. En cambio esta de la foto es una monería y nuestras pulseras llegan a su dueño, dueña sin un roce.
Si tenemos muchas pulseras, lo mejor es ponerlas por modelos, de esta manera abriremos solo aquella que nos interese.
Otra cosa son las pulseras más rígidas tipo regaliz o cueros de 5 mm.
Para ello uso unas cajas de plástico con separadores, colocándolas con cuidado para que igualmente no se rocen.
Esto que os cuento es más importante de lo que parece, ya que entre otras cosas evitamos que el cuero se seque o cambie de color a causa de la luz.
Por otra parte el Zamak tampoco se oxidara con lo cual no oscurece. Nunca mezclar en el mismo compartimento metal y Zamak.
La idea resulto buena, voy terminando las piezas y colocando en dicha manta.
Jejejej algunas veces, me he topado con alguna conocida por la calle y al decirme — ¡Qué bonita pulsera llevas puesta! he tirado de la manta, nunca mejor dicho, y algo de lo que llevaba se quedo con mi conocida.
Muchas, gracias por dedicarme un rato. Feliz fin de semana.
Cristina Ledo.