Un artesano o diseñador puede trabajar y ser muy bueno en su oficio sin conocer la teoría del diseño, pero si por el contrario, conoce la teoría pero no sabe cómo usar una pinza, debe primero practicar un poco antes de diseñar. Lo ideal es saber trabajar y en la medida que se pueda, aprender un poco sobre la teoría del diseño, pues nunca está de más la información, que tendremos en cuenta cuando estemos produciendo dentro del taller.
Conocer los principios del diseño y saber cómo está compuesta una pieza nos ayudará a valorar cada creación que hagamos y a saber qué le falta cuando tenemos la sensación de que aún no está completa, saber cuál es el color que desentona o saber cuando está muy recargada o no lucen debidamente todas sus partes.
La línea
La línea es la expresión básica del diseño y ella comunica visualmente, tanto sea recta, curva o irregular. Una línea horizontal, por ejemplo, transmite calma, tal como observas en la imagen siguiente.
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Una línea horizontal también hace que un conjunto sea ordenado. Los ojos se mueven a lo largo de la línea y por ello es importante hacia donde está situada y cómo convergen las líneas en el conjunto, pues ello le dará expresividad a la pieza.
Las líneas verticales crean un conjunto fuerte y sugieren estabilidad, como puedes ver en la siguiente imagen.
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Las líneas diagonales, por el contrario, aportan dinamismo y energía, tal como lo sugiere la siguiente pieza.
Encontramos también líneas curvas. Crean un diseño casual, natural, con sensualidad y ritmo, como puedes apreciar en este hermoso colgante artesanal.
Las líneas irregulares o caprichosas le dan energía y entusiasmo a la pieza, como observas en la imagen siguiente. Sugieren emociones fuertes y forman un diseño más osado.
Estas son las nociones básicas de la línea en el diseño. La próxima vez que vayas a diseñar un trabajo con líneas, piensa en la posición de las mismas, las emociones que sugieren y lo que transmiten a quien observa el trabajo final.